Por su parte las Ramas Terrestres (地支 dì zhī) hacen alusión a los doce animales que se corresponden con el horóscopo chino, los cuales también tienen una naturaleza que responde a los cinco elementos y al 阴 yīn y al 阳 yáng. Cabe aclarar que aunque se utilizan los mismos animales del horóscopo, su concepto es más amplio que este, de hecho, los caracteres que se usan en chino para determinar las Rama Terrestres son distintas a los caracteres usados para indicar el animal.

Por tanto, Bazi constituye un sistema de astrología, que se remonta a la Dinastía Tang (año 616 D. C), en el que se pueden obtener cientos de combinaciones posibles, en las que queda reflejado nuestro 命运 MìngYùn, nuestro Destino y nuestra Suerte. Por Destino, no quiere decir que sea aquello que está tallado en piedra y resulta inamovible, sino a los eventos que van a ir ocurriendo en nuestras vidas y cuáles no, permitiéndonos saber cuán lejos podemos llegar en la vida y que podemos esperar de ella. Esto no significa que no podamos, con esfuerzo, mejorar y obtener diferentes logros en nuestras vidas, sino todo lo contrario, ya que Bazi nos permite conocer nuestras capacidades y afinidades para que podamos tomar las decisiones más acertadas o sepamos qué acciones no debemos realizar para evitar ciertos resultados. 

Como se suele decir, no se trata de las cartas que nos han tocado en la vida, sino de cómo las jugamos. 

Por Suerte nos referimos a las herramientas con las que contamos para poder alcanzar el destino. Según cómo sean estas, llegaremos de forma fácil y eficaz o por el contrario será un trayecto menos liviano. 

Con toda esta información podemos acelerar nuestro desempeño en el trabajo, fortalecer relaciones, superar debilidades o maximizar nuestros talentos. 

Si el Feng Shui es la prescripción, Bazi es el diagnóstico. Bazi nos ayuda a saber cómo y cuándo actuar, mientras que el Feng Shui nos asiste potenciando nuestras habilidades. El Feng Shui no puede cambiar nuestro Destino, pero sí la Suerte.